¿Y si vamos a la playa?

     Hoy en día las personas mayores han cambiado sus hábitos y costumbres. Irse de vacaciones no es exclusivo de la gente joven o de mediana edad. Las personas mayores disponen de tiempo libre, y en muchos casos, la economía les permite viajar algo al cabo del año. Muchos eligen lugares con playa para estas vacaciones, y si bien es cierto que deben proteger su piel de la radiación solar, la playa tiene grandes beneficios para las personas mayores.

     Podríamos decir que existen dos tipos de playas o destinos turísticos cuando hablamos de sus playas y son: Las playas pequeñas o poco masificadas y las playas repletas de gente o masificadas. En cualquiera de ellas podemos disfrutar de nuestros días de vacaciones, pero tenemos que tener en cuenta algunas cosas en cada una de ellas:

  1. Playas No Masificadas: Son el lugar idóneo para relajarnos. Podemos aprovechar esas horas frente al mar para leer, hacer algo de ejercicio, descansar... pero para no caer en el aburrimiento, es recomendable hacer un poco de turismo en los pueblos de alrededor, etc.
  2. Playas Masificadas: Son ideales para socializar, conocer gente nueva de diferentes edades y procedencias, etc. Pero si no queremos tener esa sensación de "agobio" porque hay tanta gente, es mejor evitar ciertas horas, y acudir a la playa a primera o a última hora.
     Sea cual sea el tipo de playa que elijamos para estos días de descanso, además de la exposición solar (SIEMPRE con factor solar) y sus beneficios, el agua de mar es muy beneficiosa para las personas mayores:
  • Es un analgésico natural: El agua de mar tiene más de 100 sustancias necesarias para nuestro organismo, además de contener también muchos minerales como son el calcio, el sodio, el iodo, el silicio y el magnesio, que al absorverlos, pueden reducir el dolor crónico o agudo de alguna zona de nuestro cuerpo.
  • Es un buen relajante muscular: El mar, la brisa, el sol... nos afectan en nuestro estado de ánimo. Estamos más relajados frente al mar, y ésto tiene efectos en la relajación de nuestros músculos.
  • Reduce los problemas de ansiedad: La primera hora del día, es un momento perfecto para relajarnos frente al mar, reduciendo así nuestros niveles de ansiedad y estrés.
  • Ayuda ante la hipertensión: Cuando estamos a nivel del mar, nuestra tensión baja, por eso nos sentimos más relajados, con ganas de "echar una cabezadita", etc. Es pues el mar para las personas con hipertensión (siguiendo siempre las indicaciones médicas) un buen destino para elegir sus vacaciones.
  • Mejora la circulación sanguínea: Caminar por la orilla del mar, ayuda a mejorar la circulación
  • Es beneficioso para la piel: Tomando las precauciones adecuadas para la radiación solar, las sustancias que tiene el agua de mar nos pueden ayudar en patologías como dermatitis o psoriasis.

     Además de lo anterior, hay muchas asociaciones que ayudan a las personas mayores a realizar ejercicio en la playa, y cada vez son más los mayores que se apuntan a ello:


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